Los brazos son zonas muy expuestas a todo tipo de lesiones. Un músculo que suele sufrir mucho durante la práctica deportiva es el tríceps. Junto a las lesiones de codo y las lesiones de hombro, una de las más frecuentes son las lesiones del tríceps. En este artículo vamos a ver cuáles son las principales, las causas y sus posibles tratamientos.
Índice
El músculo del tríceps
El músculo tríceps braquial está situado en la región posterior del brazo, entre el codo y el hombro. Está formado en la parte superior por tres porciones: porción larga, vastos interno y externo. Es el único músculo que encontramos en la parte posterior del brazo.
La porción larga se inserta, en la zona proximal, en el borde inferior de la cavidad glenoidea de la escápula; el vasto externo en la aponeurosis intermuscular y en la cara posterior del húmero; el vasto interno en la aponeurosis intermuscular y cara posterior del húmero. En la zona distal se insertan, mediante un tendón común, en la cara posterior y borde del olécranon.
El triceps es el principal extensor del antebrazo, en la articulación del codo, pero también puede extender y aducir o aproximar el brazo o el húmero. Sobre el hombro realiza una acción sinérgica de extensión, debido a que se ubica en la parte posterior del brazo.
La relevancia del tríceps braquial en la región posterior de la escápula radica en que su disposición vertical, entre el músculo redondo menor y redondo mayor, junto con estos músculos y el húmero, forma espacios por los que pasan nervios y vasos de una región a otra. Estos espacios son ventanas o vías anatómicas para los abordajes quirúrgicos. Además el tríceps resiste el descenso de la cabeza humeral.
Causas de la Lesión del Triceps
Aunque la práctica deportiva está claramente relacionada con la afectación de este músculo, el uso excesivo del mismo, la falta adecuada de calentamiento previo al ejercicio o un golpe violento en la parte superior del brazo también son motivos frecuentes de aparición de lesiones. Los deportes que implican lanzamientos, como el béisbol, o el levantamiento de pesas son los que tienen mayor riesgo de sufrir problemas en el tríceps.
Otras causas relacionadas con la lesión de este músculo son el envejecimiento, el estilo de vida sedentario, el levantamiento de objetos pesados o el consumo de determinados medicamentos. El abuso de esteroides anabolizantes también es un factor de riesgo.
Tipos de Lesiones del Triceps
Grado 1. Distensión muscular del tríceps. Es esencialmente un ” tirón muscular”. Es suave y hay poca o ninguna pérdida de fuerza.
Grado 2. Implica algún desgarro de las fibras musculares.
Grado 3. Implica ruptura del músculo y daño en fibras y tendones, incluso en la unión al hueso del mismo.
Síntomas de las Lesiones del Triceps
El paciente refiere dolor leve, moderado o severo, dependiendo del grado de lesión. Si el paciente tiene una tendinitis, los síntomas variarán desde dolor con el ejercicio, después de este o antes del ejercicio y durante el mismo, con limitación funcional y pérdida de fuerza.
Puede haber hinchazón o aparición de hematomas si ha habido una rotura de triceps. En estos casos, y según el grado, se puede producir la pérdida de fuerza. Más rara vez los pacientes podrían tener calambres o espasmos musculares.
Diagnóstico de las Lesiones del Triceps
Aunque el diagnóstico de las lesiones del triceps es habitualmente clínico, en algunas ocasiones la rotura del tríceps, sobre todo si es parcial, puede pasar desapercibida debido tanto al enmascaramiento de los signos principales como, dolor, tumefacción y equimosis de la fase aguda, como a la persistencia de cierto grado de movilización activa.
Se aconseja, por tanto, la realización de ecografía como primera exploración complementaria y recurrir a la Resonancia Magnética en casos de duda diagnóstica.
La ecografía puede objetivar zonas de tendinosis o tendinopatía crónica hipo o hipervascular y permite la comparación con el lado sano, el control evolutivo y la administración de tratamientos ecoguiados con la máxima precisión.
Tratamiento de las Lesiones del Triceps
En las tendinitis crónicas del triceps están indicadas las mismas pautas que en otras tendinopatías crónicas. En las fases de agravamiento de las lesiones del triceps se puede tratar con reposo y aplicación de frío local seguido de una fase de recuperación o regeneración tisular con otras medidas conservadoras. Siempre que esté disponible se harán estos tratamientos guiados por ecografía.
En los casos de avulsiones del tendón del triceps, roturas agudas completas y parciales del triceps mayores del 75%, se recomienda el tratamiento quirúrgico precoz. Se han descrito numerosas técnicas como la sutura directa transósea, reflexión de una bandeleta de periostio cubital o bien del mismo tendón, avance del tendón o anclaje mediante arpones óseos.
En las roturas parciales del triceps se recomienda tratamiento conservador mediante inmovilización en ligera flexión de 30° durante 4 semanas, aunque algunos expertos optan por aplicar tratamiento quirúrgico si el desgarro es mayor del 50 % o en deportistas.
El tiempo de inmovilización tras la cirugía del triceps oscila entre 10 días y 6 semanas, pero la mayoría de los autores recomienda mantener el codo, entre 3 a 4 semanas, a 30° de flexión. Las complicaciones son mínimas, siendo la re-rotura o la infección, problemas excepcionales. En cuanto a la rehabilitación se estima que puede oscilar entre 7 semanas y 6 meses, aunque puede ser más prolongada en deportistas en los que el objetivo final es la competición.
El tratamiento rehabilitador busca recuperar una función articular que permita hacer los gestos habituales del miembro superior en la vida personal, laboral o deportiva. El codo es una articulación con gran tendencia a la rigidez, sobre todo si se inmoviliza durante tiempo prolongado o si se realizan maniobras desaconsejadas durante la rehabilitación. Retirada la inmovilización, la primera fase de rehabilitación consiste en restaurar una movilidad completa e indolora para iniciar posteriormente el fortalecimiento muscular, para lo que se recomienda esperar entre mes y medio y dos meses tras la intervención.