Se trata de una lesión que se suele dar con gran frecuencia, especialmente entre personas que realizan deporte con frecuencia. La rotura del ligamento se puede producir por un impacto lateral sobre la articulación de la rodilla o por un cambio de dirección brusco en el que se fuerce el movimiento. Dentro de la actividad deportiva, es más normal en unos deportes que otros, como es el caso del baloncesto, esquí, fútbol o balonmano. Se estima que en España hay más de 15.000 operaciones al año. La rotura del LCA suele ir acompañado de la rotura del menisco lateral y del ligamento colateral medial o LCM.
La rotura del ligamento cruzado anterior puede ser de dos tipos: parcial (cuando se ha roto solo una parte del ligamento) o completa (cuando el ligamento está roto en dos partes). De como sea el tipo de rotura dependerá el tratamiento a seguir y el tiempo de rehabilitación.
Los síntomas que nos pueden indicar que se trata de una rotura del LCA son un crujido en la rodilla al realizar el movimiento o recibir el golpe, un dolor intenso en la rodilla e una inflamación de la articulación. También se puede generar una sensación de inestabilidad al andar.