Las roturas del ligamento cruzado posterior, a diferencia de la rotura del ligamento anterior, no suelen ser muy frecuentes, y sobre todo, no se suelen producir de manera aislada. Por este motivo, cuando se da de manera aislada los tratamientos suelen ser más conservadores que quirúrgicos. Las principales causas por las que se rompe el ligamento son por golpes o caídas sobre la rodilla flexionada. Se da en accidentes de coche al golpear la rodilla contra el salpicadero.
Los síntomas de esta lesión son un dolor muy intenso en la rodilla, incluso se puede sentir un chasquido en el momento de la rotura, y una gran inestabilidad a la hora de intentar caminar. Para saber si el ligamento está roto el médico deberá hacer varias pruebas manuales como la del cajón posterior, test del cuádriceps y la prueba de extrarrotación tibial externa. Esta pruebas junto a una resonancia magnética ayudará a saber acerca del buen o mal funcionamiento de la rodilla. La resonancia magnética también nos ayudará a saber si hay daños en otro ligamento, menisco o cartílagos.