Muchos son los tipos de fracturas que pueden producirse y diversos los tratamientos que pueden recibir. El pronóstico de las fracturas dependerán del estado de los tejidos blandos y de las lesiones óseas. Actualmente han mejorado mucho los métodos de osteosíntesis convirtiendo el tratamiento ortopédico en algo excepcional. En Clínica Martín Gómez queremos hablarte de qué es la osteosíntesis, los materiales utilizados y los métodos más avanzados.

¿Qué es la osteosíntesis?

Es un tratamiento quirúrgico para reducir y fijar los fragmentos de hueso de forma estable mediante diferentes elementos (en general metálicos): placas, clavos, cintas, tornillos, alambres, agujas y pines.

Los metales que se utilizan son fabricados en materiales biocompatibles como aleaciones de titanio y polímeros bioabsorbibles. El objetivo de la osteosíntesis es poder restaurar la anatomía y función del segmento musculo esquelético dañado. El material empleado no suele provocar en los tejidos ninguna clase de irritación (química, mecánica o eléctrica), ni causar osteólisis de ningún tipo. Los metales con estas condiciones son el acero inoxidable, formado por hierro y pequeñas cantidades de carbono, cromo, níquel y molibdeno, y el vitalio, aleación de cromo, cobalto y pequeñas cantidades de níquel, molibdeno y volframio. Hoy en día el elemento más utilizado es el titanio.

El titanio como biomaterial ha sido todo un elemento innovador, se ha convertido en uno de los protagonistas indiscutibles, debido a su nula reacción química que conlleva una excelente biocompatibilidad y por reunir las propiedades físicas adecuadas para un buen comportamiento biomecánico a largo plazo. Su densidad hace que los implantes pesen alrededor de un 50% menos que los implantes de acero y de cobalto, factor muy importante para asegurar la comodidad del paciente sobre todo en fijaciones largas. Su bajo módulo de elasticidad es otra ventaja a destacar, ya que minimiza la protección contra la presión y ésta se transfiere al hueso; la relativa importancia de la protección contra la presión se incrementa a medida que aumenta el tamaño del implante. Por el conjunto de aportaciones, desde mediados de los 80 los implantes con material de titanio puro son una opción en el campo cráneomaxilofacial.

Técnicas de fijación de fracturas

El método de fijación elegido dependerá del segmento afectado, de las características de la fractura, la persona y su entorno. El objetivo de la técnica será estabilizar la fractura, pero sobre todo asegurar una transmisión de las cargas al foco de la lesión.

Métodos no quirúrgicos

• Tracción cutánea:se aplica fuerza longitudinal sobre el miembro dañado para conseguir la alineación ósea. No suele utilizarse, excepto en algunas situaciones en las que el paciente requiera mantener temporalmente la posición mientras espera a la cirugía definitiva.
• Vendajes: se utiliza en aquellas fracturas de huesos pequeños y en localizaciones específicas, un vendaje puede ser suficiente para mantener inmovilizada la zona adecuadamente.
• Yesos, férulas o similares: se emplean en el tratamiento de fracturas “simples”, en pacientes con buen pronóstico (como son los niños) o en general a todas aquellas bajas demandas funcionales.

Métodos quirúrgicos

• Tracción esquelética:sigue el mismo mecanismo usado en la tracción cutánea, pero utilizando tornillos o pines anclados al fragmento óseo para transmitir la fuerza. Sólo es posible usarlo de modo intraoperatorio para mantener la alineación de los fragmentos.
• Clavos intramedulares:son barras metálicas que se introducen en el hueso fracturado. Normalmente se bloquean con tornillos o pernos. Son utilizados en fracturas de huesos más largos como fémur, tibia o húmero.
• Placas y tornillos de osteosíntesis:dichas placas se atornillan al hueso y están indicadas para el tratamiento de lesiones articulares, ya que permiten tener un buen control de fragmentos pequeños.
• Fijadores externos:son guías que se observan por fuera de la piel y consiguen fijar el hueso por medio de tornillos o agujas. Son poco invasivos, por lo que se utilizan cuando hay infección o probabilidad de infección de fracturas abiertas o para corregir deformidades óseas.