La tendinitis rotuliana, también es conocida como rodilla de saltador, por la alta frecuencia con la que se da esta lesión de rodilla entre los deportistas que practican deportes que requieren de salto, y por tanto, de un alto impacto en las rodillas, como, por ejemplo, tenis, fútbol, baloncesto o balonmano. A continuación, vamos a ir contando todos los por menores de esta patología y sus tratamientos.
Índice
El tendón rotuliano
El tendón rotuliano es una fibra que conecta la rótula con la tibia, con una extensión aproximada de 4 centímetros de largo y 3 de ancho. Su correcto funcionamiento es fundamental para practicar ciertos deportes y actividades de la vida diaria ya que este tendón junto con el cuádriceps participa en el movimiento de extensión de la rodilla, de modo que cuando está dañado la rótula pierde su soporte, la rodilla adquiere cierta rigidez y se tienen dificultades para estirar la pierna, especialmente al agacharse, saltar, sentarse, etc.
Síntomas
El dolor es el primer síntoma de la tendinitis rotuliana, habitualmente entre la rótula y el punto donde el tendón se conecta con el hueso de la tibia.
Al comienzo, tal vez solo sentiremos dolor en la rodilla cuando comenzamos a hacer actividad física o después de realizar ejercicio intenso. Con el tiempo, el dolor empeora y comienza a interferir en la práctica del deporte. A la larga, el dolor interfiere en los movimientos diarios, como subir escaleras o levantarse de una silla.
Causas
La tendinitis rotuliana es una lesión por uso excesivo, debido a la tensión repetitiva en el tendón rotuliano. La tensión causa pequeños desgarros en el tendón, y el organismo intenta repararlos, provocando la inflamación del tendón.
Sin embargo, a medida que los desgarros se multiplican, causan dolor debido a la inflamación y al debilitamiento del tendón. Cuando el daño en el tendón continúa durante más de unas semanas, se denomina tendinitis.
Factores de riesgo
Son varios los factores pueden ser los causantes del desarrollo de la tendinitis rotuliana. Los más frecuentes son:
- Actividad física. Correr y saltar son los factores más habituales entre las causas de la tendinitis rotuliana. Los aumentos repentinos en la intensidad o la frecuencia con la que realizas la actividad también aumentan la tensión en el tendón, al igual que cambiar las zapatillas para correr.
- Músculos rígidos en las piernas. La tensión del cuádriceps y los músculos isquiotibiales, que suben por la parte posterior de los muslos, puede aumentar la tensión en el tendón rotuliano.
- Desequilibrio muscular. Si algunos músculos de las piernas son mucho más fuertes que otros, los músculos más fuertes podrían tirar con más intensidad del tendón rotuliano. Este desequilibrio podría causar la lesión tendinosa.
- Enfermedad crónica. Algunas enfermedades interrumpen el flujo sanguíneo a la rodilla, lo que debilita el tendón. Como por ejemplo: insuficiencia renal, enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide y enfermedades metabólicas como la diabetes.
Tratamiento de la tendinitis rotuliana
El tratamiento de la tendinitis rotuliana se debe adaptar a cada caso, ya que cada paciente es muy diferente. En función del tiempo de lleve la lesión -menos de un mes o más de 6 semanas-, la causa que lo provoca y el tipo de tendinitis rotuliana: distal -cerca de la unión del tendón a la tibia- o proximal -en la zona más cercana del tendón a la rótula-. El tratamiento inicial incluye, además de disminuir la actividad que ha ocasionado la lesión:
- Tratamiento farmacológico: para calmar el dolor y reducir la inflamación se prescribirán antiinflamatorios. Para ello se establecerá el grado de dolor con una escala del 1 al 5 – el 1 significa que el dolor aparece únicamente después de una actividad intensa, y el 5 que éste es constante e impide la práctica deportiva-.
- Compresas de frío: la aplicación de hielo o bolsas de gel frío ayudan a bajar la inflación de la articulación y ayudan a mejorar la zona.
- Fisioterapia: entre las terapias utilizadas está la realización de ejercicios suaves que ayudará a fortalecer la rodilla y los músculos, la colocación de unas bandas elásticas adhesivas detrás de la rótula para aliviar la presión que reciben los músculos y la aplicación de ultrasonidos para bajar la inflamación.
Si pasados aproximadamente tres meses del inicio del tratamiento, el dolor persiste o bien si la lesión es muy grave el traumatólogo recomendará:
- Cirugía: la intervención quirúrgica tiene diferentes finalidades: realizar unos pequeños cortes en los laterales del tendón rotuliano para aliviar la presión sobre la zona central, la extracción del tejido inflamado o de la parte dañada del tendón.
- Infiltración de factores de crecimiento derivados de plaquetas o de células madres: estos tratamientos son más novedosos y tienen como objetivo la regeneración del tendón rotuliano dañado.
Tiempo de recuperación
La recuperación de esta lesión es muy lenta y puede llevar varios meses. Para prevenir la aparición de la tendinitis rotuliana lo mejor es:
- Realizar deporte con un calzado adecuado que permita amortiguar el impacto sobre el suelo.
- Y antes y después de practicar cualquier deporte realizar un calentamiento adecuado, que incluya estiramientos del cuádriceps y de los músculos de la parte inferior de la pierna (corva y pantorrilla).