Displasia de cadera

Displasia de cadera
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Clínica de traumatología en Granada

La cadera es una de las partes más importantes de nuestra anatomía, pues permite que podamos mover correctamente los miembros inferiores respecto al tronco. Sin embargo, algunas lesiones de cadera como por ejemplo la displasia, pueden acarrear consecuencias tales como que no podamos caminar con normalidad.

La displasia de cadera es una enfermedad congénita que afecta al ser humano desde su nacimiento, siendo más propensas a padecer esta dolencia las personas del sexo femenino y con mayor auge en la cadera izquierda.

[bctt tweet=»Estamos hablando de una patología de la cadera que afecta de un 3% a un 5% de cada 1000 bebés recién nacidos. » username=»»]

¿Que es la displasia de cadera?

La displasia de cadera, asimismo llamada luxación de cadera hace referencia a un desarrollo anómalo o inadecuado entre la zona que se unen el hueso del muslo (cabeza del fémur) y la cavidad de la cadera en la que se encaja (acetábulo de la pelvis). Es decir, la cabeza femoral de la cadera en cuestión, se desplaza parcialmente o totalmente hacia afuera, dejando de acoplarse correctamente.

Tal y como se menciona en la introducción, se trata de una enfermedad que se puede detectar desde el nacimiento, siendo una gran suerte para poder poner una solución a tiempo. No obstante, existen muchos casos en adultos.

Por lo general, la luxación de cadera suele aparecer en un 60% de los casos solamente en una cadera, aunque hay veces en los que también puede afectar a ambas caderas.

En el 80% de los casos en recién nacidos, la enfermedad no va más allá de una articulación de cadera inestable que se corrige por si sola. Pese a ello, hay que prestar atención cuando se realizan acciones tales como cambiar los pañales, ya que una presión excesiva en la cabeza femoral puede empeorar el problema.

Principales síntomas de la displasia de cadera

Los síntomas de este tipo de dolencia varían según si se trata de bebés, niños o adultos, al igual que influye si se trata de una displasia leve o moderada. Aun así, los signos más comunes de una luxación de cadera son los siguientes:

Síntomas en bebés y niños en desarrollo

En los recién nacidos se puede apreciar con bastante facilidad al comparar ambas caderas, puesto que una pierna siempre será más larga que la otra, así como a la hora de cambiar los pañales, dado que un lado de la cadera tendrá más flexibilidad que el otro. Cuando un niño en pleno crecimiento comienza a caminar, también se pueden observar indicios de displasia, ya que el pequeño desarrolla renguera.

Síntomas en adultos

En jóvenes o adultos la luxación de cadera puede ocasionar más problemas, pues se trata de una enfermedad dolorosa y que se agrava con la edad. La dolencia puede generar desgarro del labrum de la cadera, artrosis, dolor intenso en la ingle y sensación de una inestabilidad de la cadera de ciertos grados según la gravedad de la displasia.

¿Cuáles son sus causas?

Se sabe que en la luxación de cadera hay un posible gen hereditario. Por ahora, todavía no se ha encontrado un componente claro que se asocie con la enfermedad, pero si que existen antecedentes muy frecuentes en varios casos de displasia en una misma familia, en especial en las mujeres y niñas.

A pesar de que no existen unas causas claras para esta patología, se ha asociado en un gran número de pacientes lactantes con un espacio reducido en el vientre materno. En el último mes previo al parto, el espacio del útero tiende a reducirse por el gran tamaño del bebé, dando lugar a que este deba adoptar una postura cada vez más curvada, haciendo que la parte convexa de la cadera se salga de su posición original.

Factores de riesgo

Aparte de las posibles casas, hay ciertos factores de riesgo que juegan un papel fundamental a la hora de padecer esta enfermedad en el parto:

  • Posición de nalgas. Como hemos dicho, la postura de nalgas en el embarazo es un riesgo a la hora de padecer esta patología de la cadera. Por ello, es habitual que los recién nacidos que han nacido de nalgas, tengas las piernas abiertas, asimilándose a una pequeña rana.
  • Primer embarazo. A raíz del aumento de la presión arterial, ser el primogénito primerizo también puede conllevar más riesgo de padecer displasia.
  • Bebé grande. Los recién nacidos en edad gestacional con un peso superior a los 4 kilos, tienen un riesgo mayor por el sobrepeso.
  • Líquido amniótico escaso. Unos niveles demasiado bajos de líquido amniótico, asimismo pueden desencadenar que el bebé adopte esta malformación en la cadera.
  • Presión arterial alta de la madre. Si existe una hipertensión alta materna, es más común nacer con esta patología.

¿Qué tipo de tratamientos existen?

A continuación, citamos 4 de los tratamientos más recomendados y utilizados para tratar la displasia:

  1. Correas de Palvik. Las correas o arnés de Palvik se emplea en neonatos de hasta los 6 meses de edad y consiste en un dispositivo que mantiene firme la parte de la cabeza de la articulación de la cadera. Tras unos meses con él, la cavidad se amolda, volviendo a su sitio.
  2. Yeso en espiga. A partir de los 6 meses, el arnés de Palvik deja de tener utilidad y se debe recurrir a un tipo de escayola que sujeta la articulación para que quede en la posición correcta. Tras unos meses de tratamiento, el problema debería de estar zanjado, pero existen casos que requieren una cirugía posterior.
  3. Osteotomía periacetabular. En los casos más graves se suelen emplear métodos para corregir la posición de la cavidad de la cadera. Se trata de una osteotomía periacetabular, en la cual la cavidad se separa de la pelvis y se vuelve a recolocar, amoldada a la cadera.
  4. Cirugía. Esta es una opción para las personas adultas que necesitan una solución con urgencia, pues la cadera puede llegar a dañarse severamente con el tiempo y provocar una artritis debilitante.

Lo ideal es hacer un diagnóstico precoz desde el nacimiento para poder poner solución al problema antes de que el niño empiece a caminar. Sin embargo, no todos los casos se detectan tan prematuramente porque los casos muy leves pueden ser difíciles de detectar. Así que el tratamiento dependerá, en gran medida, del momento de la detección de la displasia, así como la edad del paciente.

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Displasia de cadera
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Displasia de cadera
Descripción
La cadera es una de las partes más importantes de nuestra anatomía, y anomalías como la displasia de cadera, puede impedirnos caminar con normalidad.
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