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El escafoides es uno de los huesos más pequeños en la muñeca, forma parte de la primera fila del carpo. Está ubicado en el lado de la muñeca que corresponde al dedo pulgar, en el área donde la muñeca se flexiona. La fractura de escafoides ocurre con gran frecuencia. En muchas oportunidades no se diagnostica a tiempo si no se piden las pruebas radiológicas adecuadas, ya que puede que no se vea en la radiografía.
Es uno de los tipos de fracturas que requiere un mayor cuidado, por la lenta recuperación debida a la poca vascularización de este hueso. Los hombres de entre 20 y 30 años son quienes tienen más probabilidad de sufrir esta lesión.
Aunque existen muchas causas para la fractura de escafoides, la más común suele ser a causa de una caída en la que el paciente se haya apoyado en la mano al llegar al suelo, provocando así hiperextensión con el peso que recae sobre la palma de la mano.
Este es el motivo por el cual la lesión puede ser no tan visible, ya que proviene de caídas y en muchas ocasiones queda enmascarado por el dolor del golpe, haciendo así que el paciente no le de importancia.
Los síntomas más habituales de la fractura de escafoides son:
También cuando una fractura de escafoides no se detecta, la muñeca va sufriendo una degeneración progresiva del cartílago y de todas las articulaciones, es por esto que el diagnóstico oportuno es fundamental.
El tratamiento de la fractura de escafoides dependerá de donde se sitúe dicha fractura y de quién gestione el diagnóstico.
En el caso que el proceso lo lleve un fisioterapeuta los posibles tratamientos serían los siguientes:
En general, una operación es la mejor solución, siendo necesaria en los casos en el que se produce una separación de fragmentos de huesos desplazados.
La operación además da la oportunidad de que el tiempo de reposo sea menor ya que la recuperación de la agilidad en la mano es bastante tediosa. Tras la operación y la inmovilización es necesario un periodo de rehabilitación con fisioterapia, magnetoterapia y ejercicios de potenciación muscular.
En cualquier de los dos casos, tanto si la fractura de escafoides necesita pasar por el quirófano como si no, se tendrá que llevar un yeso o una férula mientras la fractura se termina de consolidar. El periodo puede llegar a ser de 6 meses . Durante el período de consolidación se recomienda evitar ciertas cosas:
Algunos pacientes pueden sufrir rigidez en la muñeca después tras una lesión de escafoides. Esto se puede deber a que se tuvo que usar el yeso durante un tiempo largo o en casos que se necesitó una cirugía más extensiva.
Durante el proceso de recuperación, es muy importante seguir moviendo los dedos para que no pierdan funcionalidad. El especialista le debe dar una serie de ejercicios para no perder el movimiento. En algunos casos, no se termina de recuperar el 100% de la movilidad y fuerza que había antes de la lesión.
Esta lesión puede presentar ciertos contratiempos si no se trata de una manera correcta.
Este es el motivo por el cual la lesión puede ser no tan visible, ya que proviene de caídas y en muchas ocasiones queda enmascarado por el dolor del golpe, haciendo así que el paciente no le de importancia.
Cuando la consolidación del hueso no es correcta se denomina una no-unión. En esta fractura suele ser común porque el escafoides puede sufrir irrigación insuficiente de sangre, algo fundamental para que se consolide. La sangre es la encargada de llevar el oxígeno y los nutrientes que hacen falta para regenerar el tejido dañado.
En estos casos, el traumatólogo recomendará pasar por quirófano para realizar un injerto de hueso. Lo habitual es coger ese hueso de la cadera o del antebrazo para hacer el injerto.
En algunas fracturas de escafoides, los fragmentos del hueso se mueven y quedan separados, afectando la irrigación sanguínea. La necrosis avascular es cuando uno de los fragmentos no recibe los suficientes nutrientes y las células acaban por morir. La manera de solucionar este problema es realizar un injerto vascularizado, un injerto con aporte de sangre propio.
En estos casos, el traumatólogo recomendará pasar por quirófano para realizar un injerto de hueso. Lo habitual es coger ese hueso de la cadera o del antebrazo para hacer el injerto.
Las dos complicaciones previas con el paso del tiempo puede degenerar en una osteoartritis en la muñeca. Los principales síntomas de la osteoartritis es:
Si las pruebas demuestran que sufrimos una osteartritis como resultado de la lesión de escafoides, el tratamiento se debe centrar en los síntomas que produce la artritis. Se recetarán antiinflamatorios y la utilización de una férula cuando la muñeca duela. Si no funcionase este tratamiento se necesitará realizar una operación.