– El agua nos permite comenzar la rehabilitación del paciente en un tiempo mucho más corto. La presión hidrostática mejora la movilidad funcional en ausencia de dolor y la viscosidad del agua ofrece un nivel de resistencia sin tener que añadir cargas adicionales.
– El medio acuático también presenta fuerzas de arrastre que nos ayudan a trabajar el sistema propioceptivo y, además, la presión del líquido sobre los tejidos ejerce un papel fundamental en el drenaje de la inflamación.
– El medio acuático nos ayuda enormemente en aspectos de balance articular, siendo la ausencia de gravedad, la flotabilidad del líquido y la temperatura del agua, tres componentes que favorecen el aumento de movilidad en el paciente.
– Cuanto un paciente esta sumergido hasta la cintura solamente soporta un 50% del peso de su cuerpo, si se sumerge hasta el cuello, la persona sólo soportará un 10% del peso de su cuerpo, esto disminuye el estrés el las zonas de lesión permitiendo hacer al paciente un ejercicio más eficiente con menos dolor.
– La resistencia que ejerce el agua es mucho mayor que la del aire por lo que el trabajo en medio acuático implica muchos más músculos y con mayores contracciones musculares que el ejercicio de campo.
Este tipo de rehabilitación nos permite reducir los tiempos de recuperación, además estos ejercicios se hacen mucho más amenos y divertidos.