Estamos acostumbrados a oír hablar de ácido hialurónico, pero siempre relacionado con la cirugía estética. Pero lleva años utilizándose en otras disciplinas médicas como la traumatología. Además del ácido hialurónico, el plasma rico en plaquetas (también llamado factores de crecimiento), también se utiliza en para tratar lesiones en traumatología.
Índice
Características fundamentales del ácido hialurónico y plasma rico en plaquetas
1. Ácido Hialurónico
El ácido hialurónico es un polisacárido (una molécula biológica formada por gran cantidad de azúcares simples, unas moléculas que desempeñan diversas funciones esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo humano) viscoso, capaz de absorber y retener una gran cantidad de agua en su estructura.
Su presencia es fundamental para el buen funcionamiento de la matriz extracelular, la sustancia que da forma, cohesión y estructura al tejido biológico en su conjunto. Desempeña un papel importante en el tejido conectivo y en el líquido sinovial, donde contribuye al buen funcionamiento de la articulación ejerciendo de lubricante y de amortiguador (las articulaciones afectadas de artrosis, por ejemplo, disponen de menor cantidad de ácido hialurónico).
Además, también está presente en la piel -es un componente fundamental de ésta, y la pérdida de ácido hialurónico a causa de la edad es responsable de la aparición de arrugas, sequedad y flaccidez- los cartílagos, los huesos, los ojos y los vasos sanguíneos. El ácido hialurónico participa de forma activa en la regeneración de la piel después de una herida.
2. Plasma Rico en Factores de Crecimiento (PRP)
Los factores de crecimiento son unas proteínas (que se encuentran en las plaquetas) con un papel fundamental en diversos aspectos del funcionamiento celular, como el crecimiento y la diferenciación de las células. Dichos factores de crecimiento poseen un gran potencial regenerativo y reparador de tejidos, por lo que la utilización de PRP es una opción ampliamente utilizada en procesos degenerativos y de reparación de tejidos lesionados.
Lesiones tratadas con ácido hialurónico y plasma rico en plaquetas (PRP)
Tanto el ácido hialurónico como el PRP pueden utilizarse para tratar una gran variedad de lesiones.
En muchos casos, ambos tratamientos serán opciones a tener en cuenta para el tratamiento de una lesión, y la elección de uno u otro dependerá tanto de los puntos fuertes y puntos débiles de cada uno de ellos como de otros factores (características personales del paciente, criterio del médico, etc.).
Antes de empezar a describir las patologías tratadas con mayor frecuencia con cada uno de los tratamientos, es importante remarcar que tanto el ácido hialurónico como el tratamiento con PRP se utilizan ampliamente en tratamientos estéticos y antienvejecimiento, para rejuvenecer y reafirmar la piel y combatir los signos visibles de la edad. No obstante, dado el enfoque de nuestro web, hemos decidido centrarnos exclusivamente en las aplicaciones médicas de ambos tratamientos.
1. Ácido Hialurónico
El ácido hialurónico se emplea de forma habitual en el tratamiento de la degeneración intraarticular (viscosuplementación); inicialmente fue utilizado para tratar la artrosis de rodilla, y su utilización se amplió con posterioridad a otras articulaciones. Para más información leer ácido hialurónico en la rodilla.
Como hemos mencionado antes, las articulaciones afectadas de artrosis contienen una cantidad menor de ácido hialurónico, por lo que la infiltración de suplementos de dicho ácido contribuye a mejorar la lubricación y la capacidad de amortiguación de la articulación y por consiguiente se consigue aliviar el dolor, mejorar la funcionalidad de la articulación e incluso, en ciertos casos, retrasar el momento en que se haga imprescindible sustituir la rodilla por un implante protésico.
Con el tiempo, han pasado también a tratarse con ácido hialurónico las degeneraciones intraarticulares en las articulaciones del tobillo (frecuente en deportistas), la cadera, la muñeca, el codo o el hombro, y se aplica también en articulaciones de manos y pies.
Se utiliza incluso en el tratamiento de la degeneración de la articulación temporomandibular, una patología que impide el movimiento normal de la articulación de la mandíbula, y en ciertos procesos quirúrgicos odontológicos, dada su elevada capacidad para regenerar los tejidos de la cavidad oral.
2. Plasma Rico en Factores de Crecimiento (PRP)
El tratamiento con PRP se aplica en una gran variedad de patologías, entre las que se incluyen las mencionadas a continuación:
- Degeneración de cartílago en una gran variedad de articulaciones: rodilla, cadera, hombro, tobillo, muñeca…
- Roturas y lesiones en tendones, músculos y ligamentos (puede tratarse de lesiones agudas o crónicas)
- Tratamiento complementario en cirugía: ayuda a la consolidación de fracturas óseas, apoyo a la integración de protésis…
- Tratamiento de quemaduras y lesiones graves de la piel, así como tratamiento de úlceras vasculares (este último es de aplicación mucho más reciente)
Hace unos meses uno de nuestros pacientes, Iván Martinez del CB Granada, se sometió a una infiltración de plasma rico en plaquetas. Os dejamos una imagen de aquel día.
¿Conocías estos tratamientos? Si padeces alguna lesión y tienes dudas de si podría ser tratada o no con estos dos factores, consúltanos sin compromiso. Y si te pareció interesante, ¡compártelo! Nos ayudas a seguir. ¡Gracias por leernos!