[bctt tweet=»Las fracturas de huesos en niños son la cuarta causa de lesiones en niños menores de 6 años y aunque se sabe que los niños son más propensos a lesionarse que las niñas» username=»»], ambos se recuperan más fácilmente y con más rapidez que los adultos. Esto se debe a que poseen unos huesos más elásticos y porosos que las personas de edad adulta. Por lo tanto, al tratarse de lesiones un tanto distintas a las de los adultos, asimismo el tratamiento es más fácil a causa de una mayor capacidad de regeneración, así como de remodelación del esqueleto en pleno crecimiento.
Cuándo los pequeños de la casa sufren algún traumatismo, todo su cuerpo entra en un estado de alerta. Esto significa que puede darse el caso que el pequeño en cuestión, tenga síntomas tales como: mareos, sensación de frío o incluso esté más distraído de lo normal. Sin embargo, estos síntomas pueden variar según el niño y el tipo de fractura. De todos modos, lo ideal ante la sospecha de una lesión es no mover el hueso que cause dolor o molestia, ya que puede empeorar la rotura o el dolor, si se da el caso.
Índice
Tipos de fracturas de huesos en niños
Las fracturas óseas en la anatomía infantil se clasifican en 4 grupos distintos. Se diferencian entre ellos por poseer características y patrones muy diferentes a las roturas en los adultos:
Rotura en «tallo verde»
Se trata de la rotura más frecuente en niños y se denomina así, dado que el trazo de la fractura es muy parecido al que se produce cuando se rompe un tallo verde. Es decir, uno de los lados se rompe y el otro lado se curva.
Rotura de «caña de bambú»
Esta fractura se conoce asimismo por rotura de toro o rotura de rodete. Se trata de una rotura estable y que no desplaza los huesos. Consiste en la compresión de la capa superior del hueso, dando lugar a que el lado opuesto se curve hacía el exterior del cartílago de crecimiento.
Rotura del cartílago de crecimiento
Como su nombre bien indica, este tipo de fractura se produce en el área cartilaginosa que se encuentra en los extremos de los huesos de los niños. Puede repercutir en el desarrollo del hueso dañado en cuestión.
Rotura metafisaria
En este caso, la rotura atraviesa el fragmento inferior o superior del cuerpo del hueso. Por suerte, no perjudica al cartílago de crecimiento.
Las lesiones óseas más comunes en niños
En todas las etapas de la vida, el cuerpo está expuesto a padecer con mayor o menor probabilidad golpes, caídas, accidentes o raspones. En los niños, estas posibilidades aumentan, pues están más expuestos a sufrir ciertos traumatismos, a causa de su constante actividad física. Existen una serie de fracturas muy habituales en los infantes:
Fractura de tobillo y tibia
En gran medida, la fractura de tibia y tobillo suele aparecer al doblarse o torcerse el pie. Generalmente, ocurre a consecuencia de un golpe, una caída, un accidente o la práctica de un deporte.
Fractura de antebrazo y codo
Según los datos, es muy frecuente este tipo de rotura en la infancia, alcanzando el 50% del total. Se produce, sobre todo, por caídas encima de las manos.
Fractura de clavícula
Se trata de una fractura que se suele producir especialmente en recién nacidos, durante el parto. Sobre todo se da en partos muy difíciles o en niños de tamaño considerable. Asimismo, lo pueden padecer los niños más grandes a consecuencia de un fuerte golpe en el hombro. La fractura de clavícula suele resolverse sin dejar secuelas.
Fractura de húmero
Principalmente, se dan casos en recién nacidos a raíz de un parto dificultoso o complicado. La fractura de húmero también se puede dar en los niños más mayores a causa de un fuerte golpe.
¿Cómo tratar las fracturas de huesos en niños?
La ventaja principal de las fracturas de huesos en niños, es que éstos empiezan a soldarse con una rapidez sorprendente, mucho más veloz que los huesos de los adultos. Por contrapartida, si cree que un pequeño pueda tener una rotura, ya sea por un dolor notable o una hinchazón, es imprescindible que sea atendido por un especialista médico de inmediato. De esta manera, evitaremos que los huesos se comiencen a soldar de forma inadecuada y se podrán fijar correctamente. Así se podrán soldar satisfactoriamente.
Ante la sospecha de una rotura, se debe inmovilizar el hueso dañado del niño, en la medida de lo posible, hasta llegar al centro de asistencia sanitaria.
Se debe de tener en cuenta, que cada fractura tiene un tratamiento específico. Siempre según la edad del pequeño y dependiendo de la lesión en concreto. En general, la meta es lograr que el hueso se consolide de forma eficaz y en el mínimo tiempo posible, evitando los desplazamientos, así como posibles complicaciones.
En función de la gravedad de cada lesión, los tratamientos más habituales son los siguientes:
Lesiones leves
Para su solidificación se requiere un yeso o férula, durante un tiempo aproximado de unas 3 a 4 semanas.
Lesiones severas
Para este tipo de lesiones el doctor deberá manipular los huesoso para su correcta alineación. Seguramente, requerirá inmovilización durante un periodo más largo de tiempo.
Lesiones con cirugía
En los niños, la cirugía se pone en práctica al producirse desplazamientos, cuando se da el caso que los huesos no se pueden alinear manualmente, cuando los huesos atraviesan la piel o cuando se han empezado a soldar de forma incorrecta.
En el caso de que su hijo tenga un percance y sospeche que puede haberse roto un hueso, inmovilice de inmediato la zona afectada y llévelo enseguida a un centro especializado de traumatologia, como es el caso de la Clínica Martín Gómez. Nuestros especialistas están preparados para ayudarle, así que no dude y pida cita en nuestro portal. La salud de los pequeños es lo más primordial, por encima de todo.