La pelvis está formada por uno o más huesos que se pueden romper. Estos tipos de fracturas varían desde un pequeño arrancamiento de un fragmento óseo, a las fracturas de baja energía (como puede ocurrir en las personas mayores con osteoporosis), hasta las fracturas de gran energía (como ocurre en los accidentes de tráfico). A continuación, hablaremos de la fractura de pelvis y cómo tratarla.
Índice
¿En qué consiste la fractura de pelvis?
La pelvis es una región anatómica que se sitúa en la zona inferior del tronco. Tiene forma de embudo y que está formada por 5 huesos: sacro, coxis, ilion, isquion y pubis. De esta manera, la fractura de la pelvis es una rotura de uno o más huesos de la pelvis.
Como comentamos al inicio, hay tres tipos diferentes de fractura:
- Arrancamiento de un fragmento óseo.
- Fractura de baja energía, como en pacientes con osteoporosis.
- Fractura de gran energía, a causa de un accidente de tráfico.
Pronóstico de la lesión
Las fracturas de pelvis son lesiones graves, ya que afectan a la integridad de los huesos y ligamentos. Además, las fracturas pélvicas más graves pueden llegar a provocar una hemorragia que puede ser mortal o que puede provocar lesiones en otros órganos cercanos.
Síntomas de la fractura de pelvis
Generalmente, una fractura de pelvis provoca un dolor muy intenso en la zona de la ingle, aunque la persona se encuentre en situación de reposo. Cuando la persona intenta caminar, el dolor aumenta. Por otro lado, en muchas ocasiones, el área del hueso pélvico está inflamada y puede aparecer un hematoma.
Cuando se trata de una fractura pélvica grave, se pueden producir lesiones que afectan a otros órganos. De esta manera, pueden aparecer otro tipo de síntomas, como los siguientes:
- Aparición de sangre en la orina.
- Dificultad para orinar.
- Incontinencia urinaria.
- Sangrado en la vagina o el recto.
Pruebas médicas para la fractura de pelvis
Para diagnosticar una fractura de pelvis el médico especialista debe examinar la zona pélvica, así como el rango de movimiento de la cadera. Además, el médico puede ayudarse de una serie de pruebas médicas para verificar la fractura. Estas pruebas son:
- Radiografía.
- Tomografía computarizada de la pelvis.
Cuando una persona cree que ha sufrido una fractura de la pelvis, es importante que acuda al médico especialista para diagnosticar la fractura y para detectar otras posibles lesiones. Para comprobar la existencia de otras lesiones, se deben realizar otro tipo de pruebas, como las siguientes:
- Examen neurológico.
- Examen ginecológico.
- Tacto rectal.
- Análisis de orina.
¿Cuáles son las causas de la fractura de pelvis?
En los pacientes adultos jóvenes, las fracturas de pelvis pueden tener lugar a causa de accidentes de tráfico. Este tipo de fracturas, en algunos casos, pueden causar una hemorragia potencialmente mortal o puede lesionar otros órganos cercanos.
En los pacientes mayores, la fractura de pelvis puede tener su origen en una osteoporosis que debilita los huesos. En estos casos, la fractura puede tener lugar como consecuencia de una caída.
Otro tipo de fractura pélvica, conocida como fractura por avulsión, que sobretodo afecta a los adolescentes es aquella que se produce a causa de actividades deportivas.
¿Se puede prevenir?
Para prevenir la fractura de pelvis es importante seguir una serie de hábitos para tener mejor movilidad y los huesos más sanos:
- Practicar ejercicio físico a diario.
- Seguir una alimentación correcta, con alimentos ricos en calcio y vitamina D.
Tratamientos para la fractura de pelvis
El tratamiento siempre depende del tipo de fractura de pelvis:
- Cuando se trata de una fractura estable, generalmente, es suficiente con el reposo y la toma de analgésicos. Progresivamente, la persona debe empezar a caminar, ponerse de pie para evitar la debilidad del reposo.
- Cuando la fractura es grave e inestable, el tratamiento suele ser quirúrgico para inmovilizar la pelvis.
Tiempo de recuperación
El tiempo de recuperación de la fractura de la pelvis también depende de las lesiones que puedan aparecer, por lo que la recuperación varía de un caso a otro. Cuando solamente se trata de una lesión de pelvis el periodo de recuperación suele durar entre 3 y 6 meses, pero cuando se trata de un caso más complejo, la recuperación se prolonga durante más tiempo.