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¿En qué consiste esta afección?
El síndrome de intersección de la muñeca es una patología que tiene su origen en el sobreuso de la musculatura extensora del dorso del antebrazo. Ello da lugar a una inflamación de las vainas sinoviales del extensor corto radial y del extensor largo radial en su cruce por debajo del abductor largo del primer dedo y extensor corto del primer dedo.
Esta patología se caracteriza por presentar dolor y edema en el borde radial de la muñeca, a unos 4 cm proximal a la muñeca. En los casos más graves de inflamación puede aparecer enrojecimiento en la zona y crepitación.
¿Qué causa el síndrome de intersección de la muñeca?
Las causas del síndrome de intersección de la muñeca son los movimientos repetitivos de esta articulación. Se suele presentar en deportistas que practican el remo, la halterofilia, esquiadores de descenso, golfistas, quienes practican algún deporte de raqueta, etc. También aquellas personas cuyos trabajos impliquen movimientos repetitivos de muñeca pueden sufrir este síndrome. Así, los transportistas cuando cargan mucho peso o el personal de limpieza presentan esta patología ya que hacen fuerza con flexo-extensión y desviación radial de la muñeca.
Clínica del síndrome de intersección de la muñeca
El paciente presenta dolor en el dorso de la muñeca. Cuando se realiza la exploración, presenta dolor a tres traveses de dedo de la articulación de la muñeca en la zona de cruce entre el tendón abductor del primer dedo con los tendones radiales. También al palpar la zona se puede notar crepitación cuando el paciente realiza movimientos de flexión y extensión de muñeca.
Diagnóstico: pruebas a realizar
La principal prueba de diagnóstico es la realización de una adecuada exploración. Si hay sospecha del síndrome de intersección de la muñeca, se solicita una prueba de imagen, generalmente una radiografía de la articulación de la muñeca, para descartar otras patologías que pudieran estar ocasionando el dolor.
También se puede hacer uso de una ecografía, donde se puede apreciar la inflamación y sinovitis en los tendones del 2º compartimento extensor. De esta forma, se puede confirmar que la zona de dolor y crepitación se localiza en la zona de cruce entre los tendones abductor largo del pulgar y los tendones radiales. La ecografía también ayuda a descartar que el nervio radial superficial esté bajo compresión (por lo que se hablaría entonces del Síndrome de Wartenberg).
Tratamiento del síndrome de intersección de la muñeca
Tratamiento conservador
Para el tratamiento del síndrome de intersección de la muñeca se suele indicar el reposo junto con antiinflamatorios. También se puede recomendar la inmovilización del pulgar y la muñeca. También se recomienda un cambio de hábitos en la medida de lo posible, tratando de evitar los movimientos repetitivos que den lugar a la aparición del dolor. En caso de inflamación se puede colocar hielo o calor seco suave (en caso de un proceso crónico). La rehabilitación a través de ejercicios terapéuticos contribuye a la disminución de la inflamación y el dolor.
Se puede plantear también la realización de infiltraciones ecoguiadas con corticoides (dosis bajas) o con factores de crecimiento. Las infiltraciones suelen mejorar la sintomatología y disminuir la probabilidad de cirugía.
Tratamiento quirúrgico del síndrome de intersección de la muñeca
El tratamiento quirúrgico del síndrome de intersección de muñeca es poco frecuente, reservándose para los casos más graves o que no responden al tratamiento conservador. Generalmente, si se ha realizado un tratamiento conservador adecuado, con una buena rehabilitación, e incluso con una infiltración ecoguiada, tan sólo el 10% de los pacientes requieren cirugía.
La cirugía ecoguiada es mínimamente invasiva. A través de una incisión de 1 mm y tras la separación de la rama sensitiva del nervio radial, se abre el segundo compartimento extensor para la liberación del mismo.
Esta cirugía es ambulatoria, sin cicatrices ni isquemia. No requiere baja laboral.