Dentro de la traumatología hay fracturas que se repiten con más frecuencia que otras. Uno de estos casos es la fractura de clavícula, y en el caso concreto de nuestra clínica mucho más, ya que es de las lesiones más habituales que se dan durante la temporada de invierno en Sierra Nevada. Por este motivo, pasamos a escribir este artículo para ver en qué consiste y cómo recuperarse correctamente.
Índice
¿Qué es la fractura de clavícula?
Lo primero que haremos será situar dónde está la clavícula y su función. Se trata del hueso que va horizontalmente desde el omóplato a la parte superior del esternón. Su objetivo es la de conectar el brazo con el resto del cuerpo. Podemos tocarla en la zona que del cuello hasta el hombro, y en la mayoría de las personas, se puede ver como sobresale bajo la piel al mirarse en el espejo.
Cómo ya hemos comentado en la introducción, la fractura de clavícula es una de las más habituales. En la mayoría de los casos, sucede por una caída sobre la mano, el hombro o con el brazo extendido, provocando una presión excesiva sobre el hueso, lo que termina por romperlo.
Un gran número de fracturas de clavícula se cura por si solas, únicamente con la inmovilización del brazo de manera correcta y recibiendo posteriormente unas sesiones de fisioterapia. De todas maneras, en algún caso, la clavícula puede sufrir un desplazamiento o puede ser más grave, en cuyo caso será necesario hacer un tratamiento quirúrgico para poder corregir los daños.
Lesiones asociadas a las fractura de la clavícula
Cuando se rompe un hueso, los tejidos de alrededor también pueden sufrir daños. En el caso de la clavícula, se pueden sufrir daños musculares del ECOM (al rotar el cuello), pectoral mayor y el deltoides, daños nerviosos por los que habrá que ver el estado del plexo braquial, la sensibilidad y movilidad de brazo, antebrazo, muñeca y dedos, y por último, daños vasculares en la artería subclavia (puede causar la muerte).
Causas de la fractura de clavícula
Al tratarse de una fractura causada por un golpe, es muy frecuente en deportes de contacto como el rugby, balonmano o fútbol. Otros deportes donde también se suelen presentar, es en aquellos donde hay muchas posibilidades de caerse como el ciclismo, esquí o patinaje. Por último, también se puede romper por un golpe directo sobre el hueso, como puede suceder en un choque o en un accidente de tráfico.
Las fracturas de la clavícula se producen por 3 causas que aumentan la tensión a la que se somete el hueso hasta llegar a partirlo. Lo motivos son los siguientes: un golpe directo en la clavícula, un golpe en el hombro y caerse con el brazo extendido.
La edad del paciente juega un papel muy importante en las fracturas de clavícula. En las personas más jóvenes, los huesos aún están en proceso de crecimiento, por lo que son más proclives a lesiones óseas. La clavícula no se suele endurecer totalmente hasta los veinte años. Eso hace que los más jóvenes tengan un mayor riesgo a estas fracturas.
Síntomas de la rotura de clavícula
Los principales síntomas de la fractura de clavícula son:
- Dolor en la zona dañada.
- Problemas y dolor al intentar mover el brazo.
- Hinchazón, hematoma y sensibilidad al tacto a lo largo de la clavícula.
- Sentir un crujido cuando se intenta levantar el brazo.
- Se puede producir un bulto bajo la piel, y en algunos casos se puede perforar y salir el hueso al exterior.
- Hundimiento del hombro afectado hacia abajo y adelante.
¿Cómo prevenir las fracturas de clavícula?
Al ser una lesión que se produce por un golpe o caída, son muy difíciles de prevenir. De todas maneras, se pueden adoptar precauciones para disminuir el riesgo:
- Cuando se haga un deporte de contacto, usar un protector y entrenar la técnica. Tener una buena técnica en la ejecución del deporte reduce la posibilidad de sufrir caídas y golpes inesperados.
- Llevar una dieta equilibrada para tener los huesos fuertes. Es recomendable tomar alimentos ricos en calcio y vitamina D, como las verduras, hortalizas y lácteos.
- Hacer entrenamientos de fuerza y flexibilidad para desarrollar los músculos. Estas características ayudarán a proteger y sostener mejor los huesos y mantenerse ágil, disminuyendo las caídas. Un buen calentamiento ayudará a los músculos a rendir más durante la actividad física.
¿Qué hacer si tenemos una fractura en la clavícula?
Si se tiene la intuición de una posible fractura de la clavícula, lo primero que se debe hacer es ir al médico. Lo que hará el traumatólogo es preguntar cómo ocurrió la lesión y por síntomas. A continuación, se explorará el hombro, tocando la clavícula para comprobar si es está sensible al tacto y la presión. Esto también sirve para detectar el lugar exacto donde está la fractura y asegurarse que no hay ni vasos sanguíneos ni nervios dañados. Es posible que también se haga una evaluación de la sensibilidad y fuerza del brazo, mano y dedos.
De manera adicional, se pedirán pruebas médicas, como radiografías de hombro para asegurarse de la lesión, la localización y la gravedad. Además la radiografía puede mostrar otros daños en otros huesos.
Tratamiento para la fractura de clavícula
Tratamiento conservador
El tratamiento para la fractura de clavícula dependerá en función del tipo de fractura sufrido y de la gravedad. En la mayoría de estas fracturas será suficiente con tomar medidas conservadoras.
Para las fracturas donde los fragmentos óseos permanecen alineados, los traumatólogos recomiendan seguir las siguientes pautas:
- Aplicar frío. Ayudará a controlar el dolor y la inflamación que se producen por la fractura de clavícula. Se recomienda aplicar bolsas de hielo en la zona dañada durante los primeros dos días. Es importante no aplicar el hielo directamente sobre la piel sino dentro de una bolsa o envuelto en una toalla.
- Sostener el brazo. Mantener el brazo inmovilizado mediante un cabestrillo. Esto ayudará a controlar el dolor y mantener el hueso en su sitio durante la recuperación.
- Medicamentos. Para aliviar el dolor, es posible que el traumatólogo recomiende tomar algún tipo de medicamento como ibuprofeno o paracetamol.
- Sesiones de fisioterapia. Lo normal es que después de tener el brazo inmovilizado es que se pierda fuerza, tono muscular e incluso movilidad. Cuando el hueso se empiece a soldar, debemos empezar a hacer ejercicios suaves (siempre bajo supervisión del médico o un fisioterapeuta) para reducir el agarrotamiento que se produce por la tenerlo inmovilizado. Cuando el hueso esté totalmente curado, deberemos hacer ejercicios de rehabilitación para recuperar toda la fuerza y movilidad del hombro dañado.
Tratamiento quirúrgico
Para aquellas fracturas donde los fragmentos del hueso están desplazados o el hueso se ha roto en múltiples fragmentos se necesitará recurrir a una intervención quirúrgica para asegurarse de que la recuperación sea exitosa y no se presenten complicaciones. Las fracturas abiertas, donde fragmentos del hueso atraviesan la piel, necesitan un tratamiento inmediato para reducir el peligro de infecciones.
El fin de la intervención es realinear los fragmentos óseos para mantenerlos en su sitio durante el proceso de recuperación. Para ello, se colocarán unos tornillos especiales dentro del hueso o unas placas metálicas en la superficie del mismo. Lo normal es que ni los tornillos ni las placas se tengan que extraer una vez se haya soldado el hueso a menos que se produzcan irritaciones.
Tras la cirugía, los traumatólogos recomiendan un régimen terapéutico que contribuye a recuperar el movimiento y fortalecer el hombro. Se debe comenzar por ejercicios de movimientos suaves e ir añadiendo ejercicios de fortalecimiento mientras se completa el proceso de recuperación.
El tiempo de recuperación va a depender del tipo de fractura que se tenga, aunque lo normal es un plazo de entre 6 a 8 semanas. Algunas fracturas pueden tardar más tiempo para poder recuperarse.
Esperamos que el artículo haya servido para resolver dudas sobre una de las fracturas más habituales en nuestra consulta, en especial en la época de invierno, al ser frecuente entre los esquiadores. Para más información no dudéis en contactar con nuestra clínica.