A diferencia de muchos otros deportes, la natación es una actividad muy completa y con menos probabilidades de lesiones, pues se trata de un deporte que no requiere mucho contacto como en el caso del fútbol, balonmano o el esquí, entre otros.
De hecho, la natación está indicada para el tratamiento de recuperación de muchas personas que llevan tiempo inactivas tras alguna lesión o una baja por enfermedad. Es muy habitual su prescripción médica para pacientes con problemas de espalda o lesiones de rodilla, puesto que se lleva a cabo dentro del agua y por lo tanto, la gravedad es muy baja.
Sin embargo, al igual que todos los deportes, existen ciertas lesiones propias de la natación. La repetición de un mismo movimiento y su naturaleza repetitiva, son las principales causas de la aparición de las lesiones en natación más habituales. El ejemplo claro son los nadadores de élite de este deporte acuático, pues sus entrenamientos son elevados y estrictos. Esto comporta que sean vulnerables a las lesiones, aunque se realicen dentro del agua.
Índice
¿Por qué aparecen las lesiones en natación?
Existen muchas circunstancias que pueden desencadenar lesiones deportivas. Entre ellas destacan una mala hidratación, así como de alimentación, la falta de elasticidad, una carencia de desarrollo muscular y una mala técnica, entre otras.
No obstante, en la natación hay una serie de lesiones que ocurren principalmente por la repetición del movimiento en cuestión. En general, las lesiones más comunes son de tejidos blandos, es decir, los tejidos musculares, los ligamentos y los tendones. Estos tejidos se dañan tras sobrecargas en los gestos técnicos y aparecen por la aplicación de una fuerza desmesurada en el tejido, lo que acarrea lesiones por micro-traumatismos aglomerados por un largo periodo de tiempo.
¿Cuáles son las lesiones más frecuentes cuando nadamos?
Tal y como hemos mencionado en el párrafo anterior, hay ciertas lesiones que son las más comunes y que afectan a determinadas partes del cuerpo en concreto. Descubre de cuáles se trata, a continuación:
Hombro
[bctt tweet=»Una de las lesiones más frecuentes es el hombro del nadador y se estima que comporta el 60% de las lesiones, además de asociarse en un 80% de los casos con el estilo libre. » username=»»] Este tipo de lesión, generalmente se produce por una tendinitis o pinzamiento de uno o varios tendones del manguito de los rotadores. El movimiento de la brazada que realiza el hombro al nadar, es repetitiva y por encima de la cabeza, lo que provoca un rozamiento de las articulaciones, generando inflamación y dolor.
El síntoma más habitual para detectar lesiones en el hombro es un dolor punzante al intentar elevarlo. Asimismo, el llamado dolor nocturno y que acostumbra a aparecer de noche, llegando incluso a despertar al nadador en cuestión. Suelen darse lugar estos casos, con más ahínco, en nadadores de estilo crol y mariposa.
Espalda y lumbares
El dolor de espalda también aparece en la natación. En este caso, se produce por la extensión de la misma durante periodos largos. La repetición de los golpes, la posición alta de la cabeza y la tensión causada por el grado de fuerza que se necesita en el movimiento de las patadas para que las caderas y las piernas se sumerjan, crean el dolor a raíz de la propulsión. A su vez, esto acarrea la posible aparición de lumbalgia.
Asimismo, hay que tener precaución al practicar la modalidad crol, dado que puede generar cifosis dorsal. Estamos hablando de una curvatura de la columna vertebra que genera una postura encorvada.
Rodilla
La rodilla también es vulnerable a lesionarse por su movimiento de flexión y extensión al nadar. Un ejemplo claro es el movimiento del estilo brazada, en el cuál las rodillas se extienden pero las piernas rotan de forma externa. Este gesto es proclive a sufrir una distensión del ligamento lateral interno, lesiones del menisco y tendinitis.
Una recomendación para evitar padecer esta dolencia es sustituir la brazada por la mariposa, así como ejercitar la flexibilidad de las rodillas.
¿Cómo prevenir las lesiones?
Teniendo en cuenta que la natación es uno de los deportes más seguros y con una incidencia de lesiones más bajas comparado con otros tipos de deportes. No hay que olvidarse que aún así, existen ciertas lesiones (como las citadas anteriormente) que se pueden prevenirse siguiendo una serie de sabios consejos:
- Antes de practicar la natación, es conveniente realizar una serie de ejercicios musculares de calentamiento.
- Adopta una buena postura nadando. Es muy recomendable adoptar una pose recta, es decir, mantener el cuerpo recto, con las rodillas dentro del agua y las caderas cerca de la misma. Los movimientos del nado deben de estar bien marcados, flexionando las articulaciones pero con cuidado de no forzarlas.
- Una respiración regular también es muy importante. Lo mejor es mantener una respiración con cada dos brazadas. Sin embargo, se puede reducir la frecuencia tras ir ganando capacidad pulmonar.
- Maneja de forma adecuada las cargas de trabajo durante los entrenamientos, para que el cuerpo pueda adaptarse al ejercicio de forma progresiva. Los cambios bruscos dan lugar a la aparición de lesiones músculo-esqueléticas.
- Si practicas la natación a menudo, en especial si es de forma profesional, intenta hacer una buena pretemporada para poseer un estado físico óptimo que disminuya las posibilidades de las lesiones.
- No dejes de practicar la técnica de nado. Te servirá de gran ayuda tanto para prevenir las temidas lesiones como para batir tus metas personales y mejorar en rendimiento en las competiciones.
- Para evitar las lesiones más habituales, como por ejemplo el hombro del nadador, no dejes de trabajar la musculatura respectiva del hombro y tren superior, que asimismo engloban la espalda alta y el pecho. Si quieres hacerlo correctamente, lo ideal es incluir en tu rutina ejercicios de musculación con resistencia, ejercicios de estabilidad, entrenamiento funcional y ejercicios de flexibilidad. Puedes utilizar mancuernas, poleas y ligas.
- Usar paletas puede ser motivo de lesión si no se supervisa con un entrenados. Así que busca las más adecuadas según tu fuerza, estatura y nivel de entrenamiento. En el mercado, existen de todos los tamaños.
Recuerda que si experimentas algún tipo de dolor relacionado con la natación y crees asociarlo con algún tipo de lesión, en la Clínica Martín Gómez Traumatólogos podemos ayudarte a solucionar tu problema para que puedas volver a nadar sin molestias, gracias a nuestros traumatólogos profesionales . ¡No lo dudes y pide información en nuestro portal!