La salud de las articulaciones es uno de los objetivos de este artículo,nos gustaría trasladaros la importancia de mantener en buen estado los componentes que forman nuestras articulaciones. La articulación está compuesta por tres elementos: el cartílago, el hueso y el líquido sinovial. En esta ocasión nos centraremos en qué es el líquido sinovial, aunque suele ser el olvidado es un elemento con mucha importancia en la patología articular.
Índice
Qué es el líquido sinovial
El líquido sinovial, es conocido también como sinovia, es un líquido que se encuentra en el interior articular para lubricar las artiuclaciones y poder facilitar el deslizamiento de los huesos sobre el cartílago articular durante el movimiento.
Es un líquido viscoso, parecido a la clara de huevo, y su objetivo principal es reducir la fricción entre el hueso y el cartílago articular.
El líquido sinovial solo se encuentra en las articulaciones que tienen movimiento, es decir, en las articulaciones sinoviales (o diartrosis). Las articulaciones sinoviales tienen una estructura algo más compleja denominada cápsula articular en la que se encuentra el cartílago articular y los dos extremos de los huesos que interaccionan, así como los ligamentos y los discos articulares o meniscos.
En el interior de las articulaciones sinoviales se encuentra la membrana sinovial, su misión es la de secretar el líquido sinovial hacia la cavidad articular. El líquido sinovial contiene líquido intersticial y proteínas que se filtran desde el plasma sanguíneo así como proteínas que son sintetizadas en los tejidos articulares. Es rico en ácido hialurónico que segregan los fibroblastos de la membrana sinovial y en proteoglicano 4 que segregan los condrocitos, las células que forman el cartílago. También contiene proteinasas y colagenasas.
Funciones del líquido sinovial
El acido hialurónico, un glucosaminoglucano, proporciona viscosidad al liquido sinovial y es responsable de las características elásticas y de las propiedades de fluido no-newtoniano. Los fluidos no-newtonianos se caracterizan por aumentar de viscosidad si aumentan las fuerzas de estrés. La lubricina, por su parte, es una proteína con propiedades lubricantes.
Gracias a la acción conjunta de ambas sustancias, el líquido sinovial es capaz de absorver impactos durante el movimiento articular y reducir la fricción entre los huesos de la articulación, protegiendo a la articulación del desgaste.
El líquido sinovial también aporta oxígeno y nutrientes a los condrocitos del cartílago articular circundante y recoge los productos de desecho de su metabolismo.
Las alteraciones en la composición del líquido sinovial, generalmente asociado a procesos inflamatorios de la membrana sinovial, están implicados en numerosas enfermedades que afectan a las articulaciones, tales como la artritis reumatoide, artritis séptica, artritis traumática, osteoartritis o acromegalia.
Qué ocurre en un derrame articular
Las causas de un derrame articular pueden deberse a un traumatismo o un estrés mantenido en el tiempo, lo que ocurre es que el mecanismo normal de producción y absorción de este líquido se altera. La producción es mucho mayor y no se reabsorbe como lo haría en una situación sin traumatismos o daño. Por lo que va ocupando gran parte del espacio articular.
Normalmente la acumulación de líquido en las rodillas produce dolor o molestias a los pacientes que sufren un derrame articular. Se observa fácilmente la zona inflamada y el paciente siente dolor y sensación de inestabilidad. Al haber una gran cantidad de líquido la rótula se separa de su posición habitual y queda como flotando. De hecho el signo del rebote rotuliano es el examen físico de elección para evaluar la cuantía del derrame.
Los derrames son la consecuencia directa de un traumatismo
Causas del derrame articular
Las causas más comunes que pueden producir un derrame articular son:
- Un traumatismo (golpe). En cualquier práctica deportiva donde existe un impacto directo o mecanismo de torsión que puede lesionar estructuras internas. Por ejemplo: lesión del cruzado anterior en la rodilla, un menisco roto.
- Causa mecánica. En pacientes con artrosis de rodilla, con un problema mecánico con un menisco en que existe una fricción alterada de la rodilla. Por ejemplo: menisco roto.
- Un ataque de gota o artritis gotosa. En pacientes que padecen de ácido úrico elevado. Los síntomas se caracterizan por un dolor intenso. Al analizar el líquido articular aparecen cristales de ácido úrico.
- Una infección. Conocida como artritis séptica.
- Un brote de una enfermedad reumática. Denominada artritis reactiva.
Síntomas de un derrame articular
Los síntomas de un derrame articular son:
- Fiebre
- Dolor
- Disminución de la movilidad. Derrame articular a tensión.
- Malestar general
El Derrame articular y la fiebre nos pondría en alerta ante una posible infección, una artritis séptica. La artritis séptica o infección es un proceso complicado que ocurre cuando bacterias o otros microorganismos llegan a una articulación. Es importante asistir lo antes posible a nuestro traumatólogo para que pueda realizar un diagnóstico.
Tratamiento derrame sinovial
Al consultar con un traumatólogo, obtendremos un diagnóstico y un tratamiento adaptado a las necesidades de nuestra patología. El especialista nos indicará el procedimiento a seguir. Generalmente nos recomendara aplicar hielo en la articulación, mantener la extremidad elevada y poner una venda de compresión en la misma. Si el traumatólogo lo ve necesario, nos hará una punción articular para extraer el líquido derramado.
Cómo se hace una punción articular
El tratamiento de punción articular consiste en extraer el líquido derramado de la articulación mediante una jeringuilla. El color característico del liquido sinovial es amarillo, pero podría darse el caso que saliese con sangre, lo cual sería una mala señal que el médico o especialista debería analizar. La recuperación dependerá de cada caso, pero por lo general el tiempo aproximado dependerá de:
- Si no es necesaria la extracción del líquido: en este caso, con los cuidados correspondientes, el derrame debería de solucionarse en unos 14 o 21 días.
- Si se extrae el líquido: la articulación dañada mejoraría en seguida.
De todas formas, cada caso es diferente, y dependiendo del motivo por el cuál se tenga este problema, puede volver a reaparecer o no. Lo más recomendable es asistir al médico si observamos algunos de los síntomas mencionados.