En las articulaciones, entre los huesos, hay una serie de amortiguadores que hacen que los huesos no fricción cuando las doblamos. En ocasiones, los meniscos se pueden romper, causando dolor e incluso tener que pasar por quirófano. Por este motivo, vamos a hablar sobre cómo saber si tengo el menisco roto y distinguirlo de un simple dolor de rodilla.
Índice
Qué son los meniscos y para qué sirven
Para entender mejor la importancia de las lesiones meniscales, es importante que saber qué son, cuál es su función y dónde están los meniscos.
Los meniscos (que no meñiscos como muchas gente se piensa que se dice) son 2 estructuras en forma de C que están en la parte superior de la tibia. Concretamente en la zona en la que se articula con el fémur formando la articulación de la rodilla.
Están formados por un tejido fibrocartílago, que tiene unas propiedades parecidas a las de una goma. Esto permite que puedan amortiguar el impacto que se produce entre tibia y fémur con las actividades diarias. Por tanto, su función es darle estabilidad y un correcto funcionamiento a la rodilla.
Cómo se pueden romper los meniscos
Las lesiones meniscales responde fundamentalmente a 2 causas:
Traumáticas
Recibir un golpe en la rodilla cuando está apoyado nuestro peso sobre esa pierna o al hacer un giro muy brusco, el fémur puede aplastar el menisco al girar sobre la tibia y lo retuerce hasta rasgarlo. Se suele dar con frecuencia en algunos deportes, siendo habitual dentro de las lesiones en el fútbol y lesiones en el esquí.
Degenerativas
Con el paso de los años, los meniscos se van desgastando al estar soportando el peso del cuerpo, afectando a sus propiedades mecánicas y su estructura. Ese desgaste progresivo puede llevar a desembocar en que el menisco se rompa por desgaste.
Cómo saber si tengo el menisco roto
Para saber si tienes el menisco roto, lo primero es ver el cuadro de síntomas que se tiene. El traumátologo hará una serie de preguntas sobre el origen del dolor y qué movimientos son los que más molestias generan. A continuación, hará una serie de movimientos con la rodilla para forzar los meniscos y así comprobar la existencia algún problema con ellos. Para terminar de asegurarse de su rotura, se puede solicitar una prueba médica, como una resonancia magnética.
Síntomas de un menisco roto
Los principales síntomas de un menisco roto son:
- Dolor en la rodilla al caminar, subir o bajar escaleras y al levantarse de la silla.
- Al doblar la rodilla podemos sentir un chasquido.
- Se puede experimentar un cierto bloqueo, debido a que parte del menisco roto se cuela entre el fémur y la tibia.
- Sensación de inestabilidad, sobre todo al ponerse de pie.
El síntoma más frecuente de la rotura de menisco es el dolor, aunque hay posibilidades de tenerlo afectado y no experimentar molestias de gravedad. Suele pasar en las siguientes situaciones:
- Cuando no se desprende ningún fragmento del menisco.
- El periodo de inflamación ya ha pasado.
- Si se tiene un buen tono muscular tanto en el muslo como en la rodilla puede dar una mayor estabilidad en la rodilla, doliendo mucho menos aunque el menisco esté roto.
Qué hacer si se rompe el menisco
Como toda lesión de rodilla, hay que tratarla siempre, esté roto el menisco o no, ya que puede degenerar en una artrosis. Lo normal es acudir al médico y que el decida qué se debe hacer. La opción más habitual para rebajar la inflamación y el dolor es mantener la pierna en alto y con hielo. Durante las primeras 24 horas poner la rodilla elevada. Además, durante los dos primeros días, poner hielo 4 veces al día durante unos 15-20 minutos.
Cuál es el tratamiento para una rotura de menisco
El tratamiento a seguir va a depender de la evolución de tus síntomas y del nivel de actividad que necesite la rodilla por razones profesionales o deportivas. Vamos a ver qué hacer en cada una de las dos fases de esta lesión:
Tratamiento durante la fase aguda
Si ha pasado poco tiempo desde la lesión, estamos en la fase aguda. Los pasos a seguir son:
- Seguir un tratamiento conservador con reposo, inmovilización con un vendaje y analgésicos durante al menos 3 o 4 semanas.
- Aumentar progresivamente la actividad de esa rodilla, bajo supervisión de un traumatólogo.
- Realizar una resonancia magnética para confirmar la rotura del menisco.
Tratamiento durante la fase crónica
Si el dolor prosigue pasados los 3 meses, se dice que estamos en la fase crónica. Tendremos que tomar la decisión entre seguir con el tratamiento conservador con analgésicos, rehabilitación y reincorporación progresiva o por una intervención quirúrgica.
La elección va a depender de la evolución de los síntomas. Hay personas que no tienen problemas en hacer su vida normal y otras que el dolor le impide incluso andar. Para tomar la decisión sobre si operarnos del menisco o no, tenemos que estar bajo el asesoramiento de un traumatólogo.
Cómo es la operación de artroscopia del menisco
Hoy en días todas las operaciones de menisco se hace a través de artroscopia de rodilla. Se trata de una técnica consiste en introducir una pequeña cámara por una incisión en la parte anterior de la rodilla y por otra incisión introducir el instrumental necesario.
Es una técnica muy poco invasiva que permite una recuperación mucho más rápida que las técnicas tradicionales de abrir la articulación. Hay distintas opciones para hacer una artroscopia de menisco:
Meniscectomía parcial
Con esta técnica se extirpa solo la parte del menisco que está dañada. Lo más frecuente es que sea la parte del cuerno posterior.
Sutura meniscal
En esta intervención, se sutura el menisco para que podamos conservarlo. Para hacer esta operación, la rotura tiene que haberse producido en la zona más externa del menisco, que es la que tiene mejor riego sanguíneo y, por tanto, tiene una mayor probabilidad de cicatrización. La lesión se tiene que haber producido recientemente para que sean efectivas las suturas meniscales.
Trasplante de menisco
En algunos casos muy concretos, se utiliza el menisco de un donante, generalmente un fallecido, para sustituir el menisco dañado por otro sano. El trasplante de menisco se suele hacer en personas que someten a mucho desgaste a la rodilla, como por ejemplo los deportistas profesionales.