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Qué es una contractura muscular
La contractura muscular, o nudo como se le suele conocer comúnmente, se trata de una de las lesiones musculares más habituales. No es una lesión grave pero si muy molesta que puede llegar a limitar algunas acciones cotidianas debido al intenso dolor. Suele ser más frecuente entre las personas que hacen deporte pero también son muy propensas los mayores, personas sedentarias, con malos hábitos posturales o que trabajan durante muchas horas sentadas.
La contractura es, como su propio nombre indica, una contracción del músculo afectado de manera involuntario y que se prolonga en el tiempo, lo que provoca un dolor intenso pero que, como ya hemos dicho anteriormente, no es grave. Esta patología puede afectar a cualquier músculo del cuerpo. La tensión muscular es lo que hace que se forme como una especie de nudo, que se puede palpar con las manos.
Tipos de contracturas
Las contracturas musculares se pueden clasificar en función de cuál ha sido la causa que lo ha provocado. Basándonos en eso, podemos dividirlas en:
- Durante la actividad física: Cuando se realiza un deporte, y el esfuerzo es alto, ya se sea por el propio ejercicio, la intensidad o la falta de una preparación física previa, el cuerpo no es capaz de eliminar los metabolitos y se van acumulando en el tejido muscular, generando una inflamación e hinchazón.
- Posterior a la actividad física: Una vez finalizado el ejercicio, el músculo no es capaz de volver al reposo. Este se produce cuando el tejido muscular ha estado sometido a un esfuerzo grande y prolongado, por lo que acumula mucha fatiga y le cuesta relajarse para volver a su estado natural.
- Que acompañan a otras lesiones: En ocasiones cuando se produce una rotura fibrilar, una fractura ósea, elongación muscular, un esguince o un fuerte golpe puede ir acompañado de una contractura muscular en las zonas cercanas. Esto se debe a una medida de protección del propio cuerpo a la zona lesionada. Se le conoce como contractura residual.
Causas de las contracturas musculares
No existe una única causa que provoque la contractura muscular aunque algunas suelen ser más frecuentes que otras.
- Sedentarismo: Las personas que hacen poco ejercicio suelen tener un tono muscular pobre y cuando estas personas hacen un ejercicio intenso la musculatura se resiente al ser imposible asumir ese esfuerzo, sobrecargándose el músculo y aparece la contractura.
- Personas mayores: El envejecimiento de las personas va acompañado de una pérdida de tejido muscular, perdiendo además su elasticidad. Esto hace que cualquier actividad corriente suponga un mayor esfuerzo, creando tensiones musculares, que acaban en contracturas.
- Personas con estrés: Las personas ante situaciones de mucho estrés tiende a tener una tensión excesiva e involuntaria, que si se prolonga en el tiempo puede derivar en una contractura.
- Personas con determinados trabajos: Hay ciertos trabajos que predisponen a sufrir una contractura. Por ejemplo, los trabajos donde hay que acarrear pesadas cargas como puede ser un obrero o un minero son potencialmente más peligroso para sufrir una contractura. Pero no necesariamente tienen que ser trabajos de gran desgaste físico. Los trabajos administrativos, que pasan muchas horas sentados, también pueden provocar estas lesiones musculares, en especial en la espalda.
- El frío: Las bajas temperaturas pueden provocar que los músculos se contraigan de manera defensiva que puede acabar en una contractura.
- Una mala alimentación e hidratación: No comer bien o beber la suficiente cantidad de agua puede generar que se acumulen toxinas y un mal funcionamiento de ciertos órganos.
- Contracturas por el deporte: El último factor, como es lógico, es un exceso de actividad física. La repetición de ciertos ejercicios una y otra vez puede generar esta lesión. Dependerá de la exigencia y nivel del deportista ya que uno ocasional o poco exigente será raro quela sufra.
Hay ciertos deportes que por sus características predisponen más a sufrir contracturas. Por ejemplo, hay deportes de impacto como el atletismo o el baloncesto donde la musculatura debe absorber impactos repetitivos durante un periodo largo de tiempo (un maratoniano puede llegar a dar 35.000 pasos durante una carrera). En el lado opuesto estarían deportes como la natación o el ciclismo.
Otros deportes que pueden provocar una contractura son en los que se tiene que realizar un gesto rápido y violento como ocurre en el tenis o en el fútbol cuando se tira a portería.
Dónde se localizan las contracturas musculares
En el cuerpo de una persona hay más de 600 músculos, pero no todos tienen la misma predisposición a sufrir contracturas musculares. Por la tensión a los que se ven sometidos en la actividades diarias, hay dos zonas en las que se da con más frecuencia: la espalda y el cuello.
Contractura muscular en la espalda
Las contracturas musculares en la espalda pueden aparecer de diferentes maneras. La más habitual se da cuando le exigimos a la musculatura más trabajo del que realmente está capacitado, ya sea de forma puntual pero muy intenso, como levantar un objeto, o en una situación que se prolongue en el tiempo aunque el esfuerzo sea más comedido, como una mala postura al sentarse. Estos motivos provocan un exceso de fatiga muscular y termina por contracturar el área.
Las contracturas también se pueden producir por una debilidad en la musculatura, por lo que no tendrá la fuerza suficiente para realizar el trabajo requerido. Esta causa es muy normal entre las mujeres que padecen escoliosis ya que, al atrofiarse una parte de la espalda, provoca sobrecargas de peso asimétricas hacia la otra área de la musculatura.
Contractura muscular en el cuello o cervical
Los trapecios son los músculos que se sitúan a ambos lados del cuello y bajan por el centro de la espalda a lo largo de la columna vertebral. La contractura de los trapecios es el principal causante del dolor en cuello. No hace falta sufrir un accidente o una lesión previa para que estos músculos se contracturen, pues una actividad tan cotidiana como lavarse los dientes puede ser suficiente.
Los brazos y las manos pueden recibir sensaciones extrañas como hormigueo, adormecimiento o calambres, pues la contracción puede comprimir algunos nervios de las extremidades. Al tratar la contractura, estos signos desaparecen en un par de semanas.
Tratamiento para una contractura muscular
Al tratarse de una patología leve, el tratamiento para una contractura muscular consiste en seguir unos simples consejos, que aliviarán el dolor y acelerarán la recuperación sin necesidad de rehabilitaciones complejas.
- Al tratarse de una lesión por exceso de ejercicio o repetición de un gesto, lo primero que debemos hacer es parar y reposar.
- Otro remedio recomendado es aplicar calor sobre la zona contracturada. El calor es un vasodilatador que ayudará a la depuración sanguínea de la musculatura. Por ejemplo, una manta eléctrica sería perfecto para estas situaciones.
- Se puede usar también tratamientos farmacológicos. Los antiinflamtorios ayudan a la recuperación. Podemos aplicarlo en forma de crea sobre el músculo dolorido o mediante ingesta oral.
- Comer sano, hidratarse correctamente y tomar vitaminas para ayudar a tu cuerpo para que se recupere más rápido.
- Además de descansar, el otro remedio más eficaz son los masajes. Un masaje realizado por un profesional puede ser de gran ayuda.
El tiempo de recuperación va a depender del grado de la contractura y de la sobrecarga a la que hayamos sometido al músculo. Un periodo estándar para recuperarse de esta lesión muscular sería de mínimo 2-3 días de reposo, y partir de ahí, si prosiguen las molestias recibir masajes y tomar antiinflamatorios. En total el tiempo de recuperación no debe sobrepasar la semana.
Para prevenir las contracturas musculares es recomendable seguir los siguientes consejos: hacer un buen calentamiento antes de realizar una actividad deportiva, tener una correcta higiene postural para no forzar a la musculatura (Por ejemplo cuando estemos sentados en el sofá, en la silla de la oficina o incluso cuando estamos durmiendo), evitar actividades físicas de larga duración y de mucha intensidad sobre todo si no estamos preparados, hacer pequeños descansos cuando se realizan ejercicios con movimientos muy repetitivos, y por último, es aconsejable que después de hacer ejercicio intenso recibir masajes para relajar la musculatura.
Si quieres saber más no dudes en visitar nuestra sección de lesiones musculares.