El síndrome de fibromialgia es una patología compleja que causa dolores generalizados y un agotamiento profundo. No es fácil de diagnosticar, por lo que en muchos casos se puede confundir con otras enfermedades o lesiones. Vamos a ir viendo a lo largo del artículo todo lo relacionado con esta patología.
Índice
Qué es la fibromialgia
Literalmente fibromialgia significa dolor en los músculos y en el tejido fibroso (tanto tendones como ligamentos). La principal característica de la fibromialgia es el dolor musculo-esquelético general y la sensación de dolor cuando se ejerce presión sobre algunos puntos concretos, conocidos como puntos de dolor, y que puede venir asociado con sensación de fatiga. Estas molestias son similares a las que se sufre en las articulaciones, aunque no se trata de una enfermedad articular.
La fibromialgia es un patología relativamente frecuente, ya que se estima que la padece entre un 2% y un 6% de la población, dándose especialmente en las mujeres (un 4% frente a un 0,2% en hombres).
Tipos de fibromialgia
En función de cómo se presenta esta patología se puede clasificar en tres tipos:
Fibromialgia primaria
En este tipo, los pacientes padecen dolor musculo-esqueletico general en varios y la patología no está asociada a otra afección que pueda explicar los síntomas.
Fibromialgia concomitante
Es cuando la fibromialgia va aparejada de otra patología que puede explicar parcialmente parte de los síntomas. Es bastante habitual que parezca asociado con artrosis, que explica el dolor localizado, aunque no lo hace del dolor difuso que se sufre.
Fibromialgia secundaria
Es cuando se presenta junto a otra afección, que puede ser la causa real de la fibromialgia. Se caracteriza en que cuando mejora la enfermedad asociada, también se mejora de la fibromialgia, que incluso puede llegar a desaparecer.
Síntomas
Por norma general, los síntomas de la fibromialgia son una percepción del dolor anormal, de manera que duelen ciertos estímulos que normalmente no lo deberían ser. Además de este síntoma, la fibromialgia también puede provocar rigidez generalizada, sobre todo cuando nos levantamos por la mañana, y causar la inflamación en manos y pies. También puede ocasionar hormigueos en las manos y dolores de cabeza como migrañas.
Los pacientes suelen presentarse en la consulta diciendo “tengo dolor de huesos”, aunque también lo definen como quemazón, molestia o desazón. Es habitual que el dolor pueda ir variando conforme pasan las horas del día, hacemos actividades más o menos intensas, con los cambios en el clima. Esto puede terminar causando en el paciente falta de sueño o el estrés.
Además la fibromialgia puede presentar junto a cansancio, trastornos del sueño y ansiedad o depresión. El dolor y sensación de rigidez hace que sea frecuente una mala tolerancia al esfuerzo. Incluso puede presentarse junto a cierto malestar abdominal que genere diarrea o estreñimiento.
Causas
No hay una causa clara de por qué se produce esta patología, aunque se cree que hay varios factores implicados. Hay pacientes que la presentan sin ninguna causa aparente y otros empiezan tras algún tipo de proceso como puede ser una infección bacteriana o viral, un accidente de coche, antecedentes familiares o después de que otra enfermedad como artritis reumatoide.
Realmente todos estos factores no provocan la enfermedad, sino que la despiertan en personas que la tenían oculta pero que no sabían que la padecían.
Diagnóstico
La fibromialgia es un síndrome, es decir, que el traumatólogo lo identifica cuando una persona presenta una serie de alteraciones que encajan con la síntomatología que hemos estado detallando en el apartado anterior.
Es muy importante que el diagnóstico sea correcto desde el primer momento, ya que va a ahorrar al paciente más de un quebradero de cabeza para saber qué es lo que le está pasando y cómo lo tiene que tratar, permitiendo fijarse unos objetivos realistas.
Tratamiento
Por desgracias, a día de hoy, no tiene un cura definitiva. Por tanto, lo que se busca con el tratamiento es que se mejore del dolor y controlar los síntomas asociados, para que la calidad de vida del paciente mejore. Es importante saber qué factores están desencadenando los brotes para hacer el tratamiento correcto.
Los analgésicos suelen disminuir el dolor, aunque solo se deben tomar cuando un profesional médico lo recomiende. Otros medicamentos como los relajantes musculares también están recomendados, aunque se deben tomar en pequeñas tandas pero también tiene que tomarse bajo prescripción médica.
Evolución
A pesar de no ser una patología grave, ya que no deja secuelas físicas, ni a nivel articular ni muscular Tampoco se trata de una enfermedad que ponga en riesgo la vida del paciente, aunque en algunos puede llegar a ser muy limitante para llevar una vida cotidiana normal.
